viernes, 31 de agosto de 2007

ADIOS A MARIO MONTEVERDE


El pasado lunes 27 de agosto falleció Mario Monteverde. Periodista de alma, su labor ha dejado honda huella en los medios impresos, radiales y televisivos por los que pasó y en la Agencia Télam, de la que fue Director. En un medio proclive a las buenas acciones, pero también a grandes egoísmos y mezquindades, Mario Monteverde se caracterizó por su profesionalidad y su generosidad, siempre dispuesto a allanar el camino de los perseguidos y ayudar a los que hacían sus primeras armas en la profesión.
Recordó José Miranda Lugano refiriéndose a su ingreso en Radio Rivadavia: "Trabajé con casi todos los de la época de oro. Cuando llegué estaba terminando Jorge Fontana y era el comienzo de Héctor Larrea. En el Informativo, me inicié con un maestro: Mario Monteverde. En aquel tiempo no había computadora, sino que se escribían a máquina los boletines, y Mario, diez minutos antes de salir al aire, chequeaba el Boletín, y si no le gustaba lo tiraba y te decía que no servía y que fueras a hacer otro, pero lo importante era que te explicaba puntualmente por qué no servía".
Mario Monteverde fue el creador y director de la Revista radical "Inédito", en la que aparecía como columnista Alfonso Carrido Lura (Raúl Ricardo Alfonsín) y que completó 100 números a lo largo del tiempo que duró la dictadura inaugurada por Onganía en 1966, ha recordado Santiago Senén González, rememorando las reuniones de cierre de esa revista, con Mario Monteverde, Gregorio "Goyo" Selser y Rogelio García Lupo.
Con Pablo Kandel, Mario publicó "Entorno y caída", que editó Planeta en 1976, referido a la política argentina entre 1974 y 1976, es decir, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón.
Cuando se produjo el golpe militar del 24 de marzo de 1976, Mario Monteverde conducía "De cara al país", que se emitía todos los días al mediodía por Radio Rivadavia. La dictadura lo interrumpió.
En 1986, por decisión del gobierno de Alfonsín, un equipo encabezado por Mario Monteverde y Carlos Somigliana editó las imágenes del juicio a las juntas militares en seis videos de dos horas cada uno. Se iban a emitir por ATC a lo largo de una semana, como una miniserie.Aquel trabajo, titulado "Señores, ¡de pie!" estuvo terminado el 24 de diciembre de 1986 y ATC, para una repercusión mayor, decidió programarlo para después de las vacaciones de verano. Las presiones militares de marzo de 1987 llevaron a posponer su salida al aire. Pero después de la rebelión carapintada de Semana Santa, la emisión quedó definitivamente cancelada.
Por televisión, en Canal 7, condujo el programa "De bueyes perdidos". Asimismo, tuvo a su cargo un programa de media noche por Radio Municipal.
También incursionó en la temática histórica.En "Todo es Historia", dirigida por Félix Luna, aparecieron: "Hábitos, instituciones y curiosidades radicales", que se publicó en el número 170 y "Balbín preso", que se publicó en el número 174.
Fue Asesor del Bloque de Diputados Nacionales de la Unión Cívica Radical.
Mientras su salud se lo permitió fue un asiduo concurrente a la Mesa de los Jueves, en la que cada uno tiene su frase de llegada. Mario Monteverde arribaba con un irónico y cálido "Amigos del automovilismo..."
Corría el mes de junio de 2005 y el inicio del deterioro en la salud neurológica de Mario Monteverde se hacía evidente. Había sido internado en un Geriátrico de la zona de Caballito y sus amigos de la Mesa de los Jueves, preocupados, nos movilizamos para que fuera sometido a un riguroso chequeo médico en un Hospital de la Ciudad de Buenos Aires, con suficientes recursos médicos y técnicos a los efectos de obtener un diagnóstico preciso y la derivación adecuada para su tratamiento, para lo cual hicimos las correspondientes gestiones. Lamentablemente, no nos fue posible luego retomar el contacto con él.
Nos ha llegado ahora la noticia de su fallecimiento. Sabemos que fue velado en la localidad de Ciudadela y que sus restos reposan en el Cementerio de Flores. Perdurará su recuerdo.V.O.G.C.

domingo, 19 de agosto de 2007

LA CANCHA DE INDEPENDIENTEE Y LA BARBARIE DIRIGENCIAL

Por Víctor Oscar García Costa
La cancha de Independiente y la barbarie dirigencialEntendemos por ‘cultura’ el producto de todas las activi¬dades materiales y espirituales del hombre. En ese hacer-se, la cultura se autoproduce, constantemente. Dicho de otro modo: no hay cultura sin producción material y espiritual humanas. No por nada el vocablo cultura deviene del latino ‘colere’, que quiere decir cultivar. En los casos en que productos de otra cultura son in¬corporados, por simple asimilación o dependencia, el aporte sólo existe a partir de convertirse en un como-producto material o espiritual de la sociedad que lo recibe. Siempre en función del espacio-tiempo histórico y de los elementos deter¬minantes que van caracterizando el proceso económico, científico-técnico y social de cada pueblo. La conservación de esos productos materiales y espirituales que el hombre produce en cada espacio-tiempo histórico son los que permiten rastrear y comprender el pasado. De ahí que el gobierno, como órgano ejecutor del Estado, deba conservar y preservar el patrimonio históricocultural de la Nación y de su pueblo. Los llamados conservacionistas saben bien que lo que hoy parece descartable y sin valor adquiere una alta significación con el mero transcurso del tiempo. Gracias a esa actitud conservacionista es posible reconstruir el pasado hasta en sus mínimos detalles y desentrañar el espacio-tiempo histórico en su apreciación objetiva y también en la subjetiva, lo que nos permite colocarnos frente a problemas de conciencia que no son los nuestros. Por haberlo entendido así, ahí están el Coliseo de Roma y la Acrópolis de Atenas. Erostrato se llamaba el ignoto que incendió el templo de Artemisa, en Efeso, con el propósito de perpetuar su nombre mediante aquel acto vandálico. Algo semejante a la actitud de esos jóvenes rosarinos que recientemente destruyeron el aula de su escuela, como ellos mismos confesaron, ‘para pasar a la posteridad’. Son casos de erostratismo. Hemos recordado alguna vez que, al estallar la Revolución rusa de 1917, los jefes revolucionarios enviaron avanzadas para impedir que el pueblo destruyera el Palacio de Invierno de los Zares, en San Petersburgo, lo que es ahora el Museo del Ermitage. Se salvaron así miles y miles de obras de arte atesoradas por la monarquía rusa que, salvadas de la destrucción, están hoy al servicio de la cultura universal. Asimismo, hemos recordado que cuando Adolfo Hitler ordenó al general Dietrich Von Choltitz, Jefe del Comando Alemán en Paris, que destruyera la Ciudad Luz. A pesar de que los Aliados se encontraban a las puertas de Paris y de que las cargas de dinamita ya estaban colocadas, Choltitz desobedeció las órdenes de Hitler y preservó la ciudad, con su enorme valor histórico. Erostrato en Avellaneda El actual Club Atlético Independiente, constituido el 4 de agosto de 1904 en un café de Bolívar y Victoria -ahora Hipólito Yrigoyen- por jóvenes trabajadores de la tienda A la Ciudad de Londres, a los que no se dejaba integrar el equipo de la tienda, llamado Maipú-Banfield, quedó fundado por ellos oficialmente como Independiente Foot Ball Club el 1º de enero de 1905. Tuvo su primera cancha en un terreno alquilado en la intersección de Gaona y Bella Vista -ahora Donato Alvarez-, en la Capital Federal. Allí, el 19 de enero de 1905, día de calor insoportable, el equipo jugó su primer partido con su similar del Club Atlanta, que finalizó 2 a 2. A esa cancha se llegaba a caballo, en charret o en carro. Para orientar a los jugadores y público rivales se colocaba un cartel indicador en el almacén Del Chiodo, que estaba en Gaona y Boyacá. Teniendo en mira la afiliación a la Asociación Argentina de Foot Ball, sobre el final de 1905, se trasladó a la que habría de ser su segunda cancha, en unos terrenos situados en la Avenida San Martín, cuyas medidas eran reglamentarias, aunque le faltaba pasto. En 1906, la llamada Escuela del Oeste les alquiló, en $ 10 mensuales un terreno de 120 X 100 metros, en Avenida Alvear y Tagle, que habría de ser la tercera cancha, de medidas reglamentarias pero a la que, como a la anterior, le faltaba pasto, lo que dificultaba la aceptación a su pedido de afiliación a la Asociación Argentina de Foot Ball. Después de volver a la cancha de la Avenida San Martín, terrenos que no habían abandonado y que fue la cuarta cancha, a fin de ese año 1906 alquilaron un terreno en Manuel Ocantos al 600, haciendo pie, por primera vez, en la ciudad de Avellaneda en la que fue su quinta cancha. En 1910, hubo una nueva mudanza a la sexta cancha situada en Avenida Mitre al 2000 de Avellaneda, en el paraje conocido como La Crucecita. En la madrugada del 4 de agosto de 1923 un incendio convirtió en cenizas las tribunas de esa cancha, las que fueron reconstruidas con esfuerzo. Finalmente, llegamos a la septima cancha con la construcción del estadio de cemento con capacidad para unas 55 mil personas, inaugurado el 4 de marzo de 1928, levantado en las calles Alsina y Almirante Cordero –hoy Ricardo Bochini- en la ciudad de Avellaneda. El de Independiente fue el primer estadio de Sudamérica construido integramente en cemento. Nunca tuvo un nombre oficial hasta que en el año del centenario del Club se realizó, mediante una votación a través de la página web del Club, una consulta para ponerle un nombre oficial. El nombre ganador fue "Libertadores de América", que se impuso por muy pocos votos al de "Ricardo E. Bochini". No por ello dejó de ser el estadio “de la doble visera de cemento", en razón de las viseras vieja y nueva, esta última inaugurada el 20 de agosto de 1961. A principios de la década de los años 70 se construyó la Tribuna Alta Cordero, primero llamada La Intercontinental y luego Herminio Sande, manteniendo las características arquitectónicas originarias. Durante la última Presidencia de Pedro Iso, se tramitó ante la Confederación Sudamericana de Fútbol y ante la Asociación del Fútbol Argentino, pedidos oficiales para que fuera declarada "Monumento del Fútbol Sudamericano". Como si fuera poco, una ordenanza municipal, la 8.998, del 21 de diciembre de 1992, unos 60 inmuebles, entre los que están la Cancha y la Sede del Club Atlético Independiente, la de Racing, el hospital Fiorito, el teatro Colonial y el Frigorífico La Negra, fueron declarados bienes de interés patrimonial municipal de la ciudad de Avellaneda. Por el artículo 9 de la citada Ordenanza se estableció que todo trámite de demolición, nueva construcción, ampliación, reciclaje y reconstrucción, entre otros, debe contar con el estudio y recomendación de la Dirección de Planeamiento Físico y la aprobación del Concejo Deliberante. El estadio de la doble visera cayó bajo la piqueta movida por la enciclopédica ignorancia municipal y por el espíritu de Erostrato encarnado en la dirigencia del mismo Club Independiente. Cuánta pena y cuánta indignación.
Publicado en Nuevo Siglo On Line - 19 de agosto de 2007

miércoles, 15 de agosto de 2007

EL DEDO Y LAS FORMAS

Por Víctor Oscar García Costa

Seguramente por haberlo aprendido de nuestros maestros en la vida política y social y haberlo comprobado después hasta el hartazgo, estamos convencidos de la necesidad del respeto por las formas institucionales establecidas. De ese aprendizaje nos viene el convencimiento de que los que menos fuerza tienen, normalmente son los que tienen más razón. Porque la verdad es que si no tienen la fuerza y tampoco tienen la razón, entonces no tienen nada. Y es por eso mismo que los más débiles no deben desentenderse de las formas institucionales y de su respeto, aunque ese desentenderse obedezca a la razón, normalmente efímera y circunstancial, de que esa vulneración de las formas aparentemente los favorece. Los más débiles en la estructura social son los que más deben aferrarse a la defensa de las formas, especialmente a las formas del Derecho, en las que reside el máximo de su protección jurídica.
El olvido de las formas institucionales trae, más tarde o más temprano, grandes dolores a los sectores más débiles de la sociedad. Los argentinos tenemos muchísimos ejemplos de ello, hasta alcanzar el carácter de verdaderas tragedias. La teoría según la cual si la vulneración de las formas nos favorece debemos mirar para otro lado, es un pésimo consejo. Los que pueden vulnerar y normalmente vulneran las formas, muchas veces sin necesitarlo, son los que tienen el poder para hacerlo y, precisamente por eso, los más débiles no deben desentenderse de ello. Es posible que hoy las vulneren de manera que pueden favorecer a los más débiles, pero mañana seguramente van a ser vulneradas para afectarlos en sus derechos o para justificar los privilegios de los que más tienen.
No hace mucho tiempo, a pesar de que la Constitución dice que la confiscación de bienes está borrada de nuestro sistema institucional, el poder ejecutivo estableció el corralito y luego el corralón y a cientos de miles de modestos ahorristas le fueron confiscados sus ahorros. Los perjudicados entonces no miraron para otro lado, pero fue porque se trataba de sus intereses económicos más directos.
El Constitucionalismo ha sido un gran avance en el sentido de establecer las formas institucionales y de preservarlas. No tenemos la ingenuidad de creer que la Constitución es ajena a la estructura económicosocial de la Nación. De ninguna manera. Cada Constitución es el reflejo de la estructura económico social de su tiempo, y en una sociedad dividida en clases, la justicia es de clase, la educación es de clase, todo es de clase, pero a medida que las mayorías populares van alcanzando un mayor espacio de participación, la Constitución y las formas son, además de una limitación al poder de los más fuertes, la posibilidad de una mayor garantía para la preservación de los derechos de los más débiles.
Cuando se ha elegido un sistema institucional regido por normas constitucionales y legales hay que ajustarse a ellas. Sólo el DERECHO A la Revolución, entendida ésta como el derecho a cambiar las estructuras económico-sociales, justifica la alteración del sistema institucional para crear uno nuevo como DERECHO DE la Revolución.
Más allá de la simpatía con que vemos muchas de las acciones de este gobierno, no nos gusta el dedo -mucho menos familiar- como instrumento de elección de los candidatos. Aún reconociendo la profunda crisis de los partidos políticos, la dedocracia es, además de inconstitucional, normalmente funesta. No importa que hoy favorezca o aparentemente favorezca a la voluntad de los más débiles. El sistema elegido, por no nacer en el DERECHO DE una Revolución, es francamente monárquico y antirepublicano.
Nos atreveríamos a decir más: aunque la fórmula digitada fuera plebiscitada electoralmente, conllevaría un vicio de origen que la afectará siempre.
Si no fuera así tendría validez aquella afirmación del dirigente conservador Matías Sánchez Sorondo, ’’el enterrador’’, ministro del interior del dictador José Félix Uriburu, ’’von Pepe’’, que sostenía el absurdo de que si el pueblo elegía un dictador eso sería una ’’dictadura democrática’’.