martes, 30 de enero de 2007

CARTA A PERON DEL 04-02-1974

CARTA A PERON - I
«PSP - CARTA A PERON «Los frentes políticos y la actitud del PSP - El respeto a la voluntad popular - No somos peronistas, somos socialistas - Abandono de ideales que hicieron posible la avalancha popular - ¿A quién se reprime? - El proceso institucional y su defensa - Responsabilidad histórica del Presidente - Le escribimos en el mismo lado de la trinchera. «Buenos Aires, 4 de febrero de 1974.«Al Señor«Presidente de la República,«Teniente General Juan Domingo Perón«S. D.«Señor Presidente de la República:«EL PARTIDO SOCIALISTA POPULAR, leal y consecuente con su conducta, frente al panorama que vive el país, siente la obligación de dirigirse al Señor Presidente de la República.«LOS FRENTES POLITICOS Y LA ACTITUD DEL PSP«EL PARTIDO SOCIALISTA POPULAR, como sabe el Señor Presidente, acompañó a las fuerzas políticas del país en la lucha por el proceso de institucionalización y si bien no se incorporó al Frente político que bajo la denominación de Frente Justicialista de Liberación postuló la candidatura del ex presidente Héctor J. Cámpora, luchó hombro con hombro con quienes hicieron del proceso de institucionalización paso fundamental para iniciar la dura y difícil tarea de Liberación Nacional de Nuestra Patria.«Esa ausencia del PARTIDO SOCIALISTA POPULAR en el momento de la concreción del Frente Justicialista de Liberación, como anteriormente del Frente Cívico de Liberación Nacional, no fue obstáculo para que el PARTIDO SOCIALISTA POPULAR hiciera hasta el final su aporte constante, en presencia y elaboración, para lo que hoy se denomina Coincidencias Programáticas del Plenario de Vicente López. Un Estatuto trampa, la ausencia de hombres -el señor Presidente principalmente- y partidos proscriptos por la dictadura militar, enfoques distintos con el de algunos sectores en cuanto al contenido de un programa de Liberación Nacional, así como la existencia de presos políticos, gremiales y por “hechos conexos” hicieron imposible nuestra participación en el Frente electoral. «EL RESPETO A LA VOLUNTAD POPULAR«Producida la renuncia de los doctores Héctor J. Cámpora y Vicente Solano Lima a la presidencia y vicepresidencia de la República y elevada al rango plebiscitaria la candidatura del señor Presidente, el Comité Nacional del PARTIDO SOCIALISTA POPULAR indicó el voto positivo a la fórmula Perón-Perón, como expresión de respeto a la voluntad popular masivamente expresada en la primera oportunidad.«No ignora el país que el PARTIDO SOCIALISTA POPULAR fue la primera agrupación política que el 9 de julio de 1972 -antes de constituirse el primer frente- planteó la necesidad de la acción conjunta de las grandes mayorías nacionales, expresadas en el peronismo y en el radicalismo, para hacer posible la concreción de un auténtico programa de liberación nacional, esto es, de un programa capaz de nacionalizar a los monopolios extranjeros y capaz de expropiar a la oligarquía, para terminar con la dependencia y el latifundio, que han sido y son las expresiones deformantes de una economía que ha sido programada y realizada por el imperialismo, la oligarquía y sus agentes nativos.«Estuvimos en la calle, como pueblo que somos, el día de la asunción al cargo del ex presidente Héctor J. Cámpora y saludamos alborozados la liberación de los presos, la derogación de la legislación represiva, la reanudación de relación con la hermana República de Cuba, la presencia de los presidentes de Cuba y Chile, doctores Dorticós y Allende.«El pueblo argentino, que no había podido votar por su candidato, proscripto por la dictadura militar, producidas las renuncias aludidas así lo ratificó, también plebiscitariamente.«NO SOMOS PERONISTAS. SOMOS SOCIALISTAS«Aunque parezca absurdo decirlo, no somos peronistas. Somos socialistas. Pero hay entre las postulaciones del peronismo y las nuestras hay algunas coincidencias en lo que nosotros entendemos como paso inexcusable en el camino hacia el Socialismo: la Liberación Nacional.«Hemos ponderado y saludado su presencia, reclamada y festejada por millones en la histórica jornada de Ezeiza, porque ella era la respuesta correcta a la ansiosa espera de dieciocho años de un pueblo que no dejó de creer en su líder, porque ella debía ser prenda de pacificación, porque ella abría la posibilidad de contar con el apoyo masivo necesario para concretar la Liberación Nacional de nuestra Patria. Así lo entendió el Pueblo, y así lo entendieron -salvo minúsculas excepciones- todas las fuerzas políticas, gremiales y estudiantiles.

CARTA A PERON DEL 04-O2-1974

CARTA A PERON II
«ABANDONO DE IDEALES QUE HICIERON POSIBLE LA AVALANCHA POPULAR«Queremos, señor Presidente, que esta carta sea la máxima expresión de verdad, despojada hasta el último vestigio de observaciones subjetivas. Por eso debemos decir que a poco vimos que se abandonaban ideales que habían hecho posible la avalancha popular.«La franca y vibrante posición del subsecretario Vázquez en la OEA fue sucedida por la designación de hombres que no participan de esas ideas y sentimientos.«La posición sustentada en la Conferencia de Ejércitos por el General Carcagno fue sucedida por la designación de altos jefes cuestionados por el veredicto popular.«La clara posición en problemas de relación internacional fue reemplazada por la designación de embajadores comprometidos con el imperialismo.«Y luego, una serie de hechos como garantías a las inversiones extranjeras; el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo; la modificación de la Ley de Asociaciones Profesionales; las bases de la futura Ley Universitaria; el restablecimiento de la legislación represiva especial incluyendo las reformas en el Código; la reciente reivindicación de elementos caracterizados por haber hecho violenta represión sobre trabajadores y estudiantes en época de la dictadura, condenado todo ello en distintas oportunidades por el Señor Presidente mismo.«¿A QUIEN SE REPRIME?«De esta forma, observamos que se establecen toda una serie de mecanismos para reprimir de una forma u otra a quienes hicieron posible su presencia en el país. Y en vez de una legislación y de una acción represiva contra el imperialismo y sus agentes, en vez de una acción que dé fin al latifundio deformante de nuestra economía, en vez de una acción que acabe con los acaparadores, con los saboteadores del gobierno popular, se instrumentan leyes y acciones contra los que ofrendaron sus vidas y su sangre para hacer posible su presencia y este gobierno popular que es la esperanza de todos los argentinos.«Cómo no vamos a observar alarmados el rechazo que se impone sobre algunos gobiernos y gobernantes de las provincias argentinas y la renuncia de diputados que son, precisamente, los que han seguido con mayor fidelidad los pronunciamientos que votó el pueblo argentino en marzo, en abril y en setiembre.«EL PROCESO INSTITUCIONAL Y SU DEFENSA«El PARTIDO SOCIALISTA POPULAR está dispuesto, y así lo dice e incita a que así sea, a defender hasta con la vida de sus militantes el proceso de institucionalización del país y el gobierno popular, que el pueblo votó, en el que el pueblo cree y del que el pueblo espera la clara y definida acción liberadora.«Pero sería una actitud oportunista y ruin que omitiéramos decir lo señalado al señor Presidente, a lo que se agrega la preocupación que nos produce tantas muertes absurdas e inútiles de militantes jóvenes y maduros que pertenecen a las filas del propio movimiento del señor Presidente, a nuestro juicio producidas por fuerzas que intentan impedir el proceso.«RESPONSABILIDAD HISTORICA DEL PRESIDENTE«Creemos, que el Señor Presidente tiene una enorme responsabilidad histórica en el destino de nuestra Patria y en la realización de las aspiraciones del pueblo. Sabemos que muchas veces es el entorno el que crea los mecanismos de desvío. Alguna vez el señor Presidente mismo calificó a esa “corte”. Sepa que hay un pueblo dispuesto a ayudarlo, sepa que hay un pueblo dispuesto a pagar una alta cuota de sacrificio, pero sepa señor Presidente que se lo aleja de ese pueblo.«Hemos sido sorprendidos con un pedido suyo de licencia. Consideramos que salvo razones de salud que pongan en peligro su vida, debe el señor Presidente quedarse en nuestro país como garantía que no se seguirá con la represión que describimos y que ha alcanzado ya a militantes, periodistas, imprentas e inocentes de toda ideología.«No necesitamos reiterar nuestra oposición a hecho que, como los de Azul, sólo sirven para reforzar a quienes ansían la represión popular y crean las condiciones para nuevos cuartelazos.«LE ESCRIBIMOS EN EL MISMO LADO DE LA TRINCHERA«Pertenecemos a un Partido de ideas que tiene ochenta años de existencia, que ha dejado honda huella en la legislación argentina protectora del trabajo y la seguridad social y de cuyas filas y de cuyas ideas el señor Presidente mismo a escogido hombres y recogido iniciativas que lo acompañaron en sus gestiones gubernativas y que se plasmaron en la legislación.«Esta carta está dirigida al señor Presidente en el mismo lado de la trinchera, convencidos de que los enemigos de la Patria, el imperialismo, la oligarquía y sus sirvientes de adentro esperan el fracaso del gobierno popular.«Saludamos al Señor Presidente con nuestra mayor consideración

domingo, 28 de enero de 2007

INTRODUCCION HISTORICA A UNA CARTA

La reconstrucción de los hechos y las vidas del pasado nos obliga a recrear el espacio-tiempo histórico. Recrear, que no es lo mismo que retornar. Porque aunque nos traslademos al lugar, a la tierra, a las casas y a las cosas, suponiendo que nada de lo material haya cambiado más allá de las transformaciones naturales que se producen por el normal transcurso del tiempo, no estarán allí aquellas gentes con sus relaciones económicas, políticas y sociales, con sus contradicciones y conflictos, con sus sentimientos e intereses, con sus ideas, hábitos y costumbres, con sus mutaciones personales, con sus vocabularios característicos que son formas peculiares de cultura, y tampoco estará el alma de aquel tiempo. El historiador Hayden White ha señalado, acertadamente, que: El pasado no existe por definición. No está disponible para que accedamos directamente a él. Sólo podemos conceptualizarlo, representarlo en imágenes y tratar de documentar qué es lo que nos hace sentir. Y cuando decimos tiempo hacemos referencia a uno y a los sucesivos momentos históricos, en una suerte de diaporama, como si los convirtiéramos en una serie de instantes sucesivamente congelados. No existe el tiempo para atrás, ni el tiempo que se queda, porque el tiempo siempre empieza. Recrear el espacio-tiempo del hecho histórico convirtiéndolo en sitio eterno y en instante eterno es hacerlo en su doble carácter de tiempo objetivo y, también, de tiempo subjetivo, esto es, tratando de penetrar en la difícil intimidad de la lejanía, en las ideas, en las motivaciones psicológicas y en los meandros de las conciencias individuales y colectivas de los actores que se presentan como polos de las sucesivas contradicciones vigentes, como decía Marc Bloch: bañados por la atmósfera mental de su tiempo, de cara a problemas de conciencia que no son exactamente los nuestros.Esas reglas metodológicas y esa disposición de ánimo son las que permiten investigar y analizar las vidas y los hechos, micro y macrohistóricos, interrogando con precisión las diferentes huellas del pasado sin trasladarle las preocupaciones, desacuerdos y contradicciones del presente, así como sin traer a los personajes - desde ese pasado a dirimir nuestros conflictos actuales. Alguna vez señaló el historiador Julio V. González (1899-1955), La Historia es cosa viva, ya lo sé; es el pasado proyectándose en el presente. Pero que ello emane del propio fenómeno histórico y no forzado por la reflexión fatalmente intencionada del historiador.Frente a cada acontecimiento del presente o recordatorio que tiene relación con el pasado, hemos tratado de reconstruir ese pasado y memorar nuestra posición y actitud en él sobre la base de esas reglas ineludibles para reconstruir ese pasado histórico: hacer el máximo esfuerzo intelectual para ubicarnos en el espacio-tiempo histórico objetivo y también en el subjetivo, esto es frente a problemas de conciencia y valoraciones propias de ese espacio-tiempo. No hacerlo así es someter a los hechos del pasado a un verdadero lecho de Procusto, cosa bastante común en nuestro tiempo por historiadores y pretendidos de tales.Al tratar de reconstruir ese pasado de forma parcial hemos tenido en cuenta, por un lado, que la historia es en buena medida una sumatoria de pequeñas historias y, por otro lado, que al hacerlo así, nos asegurábamos de ir dejando constancia, por ahora parcialmente, en una suerte de Memorias que, a partir del tiempo vivido y por haber tenido alguna participación en los hechos más importantes de la vida nacional del último medio siglo, consideramos un deber inexcusable de nuestra parte.He relatado muchas veces mi insistencia al doctor Vicente Solano Lima sobre la necesidad de que, habiendo tenido él una vida política tan extensa y rica, escribiera sus memorias, ofreciéndome reiteradamente para grabarlas. Después de meses y meses de insistencia accedió a que comenzáramos a hacerlo “la próxima semana”, con tanta poca fortuna que esa semana falleció llevándose lo que habría sido una exposición indispensable y fundamental para el conocimiento de la vida política argentina.En esa revisión parcial de todos y cada uno de los acontecimientos, hemos venido recordando y escribiendo sobre las vísperas del golpe militar del 28 de junio de 1966, denunciado por nosotros en el Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires el día 23, nuestra conversación con José Ber Gelbard en la quinta de Olivos el 1 de julio de 1974, pocos minutos después de la muerte de Perón referida a las extrañas actitudes de José López Rega, nuestra relación con el doctor Ricardo Balbín y el conocimiento, por su boca e inmediatamente después, del ofrecimiento del general Perón para que lo acompañara en la fórmula, el Plenario de Vicente López, en Nino, el 20 de noviembre de 1972 a los pocos días del retorno del general Perón, las coincidencias programáticas de los partidos políticos argentinos, las vísperas del golpe militar del 23 de marzo de 1976 y nuestra advertencia por Canal 7 varios días antes. Ahora, sin pretender penetrar en el evidente conflicto interno del justicialismo, en momentos en que decisiones de dos jueces de la Nación traen al debate los episodios de violencia ocurridos antes del golpe militar, deseo recordar nuestra carta al general Perón fechada en 4 de febrero de 1974 que, así lo creemos, puede ayudar a la reconstrucción de los hechos. La carta al presidente Perón, propuesta por mí, no fue de fácil aprobación en el seno del Partido Socialista Popular, constituido en abril de 1972 por un acuerdo entre el Partido Socialista Argentino, el Movimiento Acción Popular Argentina, Militancia Socialista y el Grupo Evolución. La representación mayoritaria del Partido Socialista Argentino se impuso numéricamente y así se dispuso su remisión. La carta fue publicada en La Vanguardia (azul) de febrero de 1974.